Si en una actividad anterior hablábamos de los retratos y autorretratos, hoy es el turno de los bodegones. Esta obra de arte, también conocida como naturaleza muerta, representa flores, alimentos, animales y objetos de diversa índole. Son imágenes donde se juga mucho con la iluminación o el cromatismo según el efecto que se quiera lograr con ellas.
Los alumnos de ‘Fotografía Digital’ tuvieron que demostrar sus cualidades frente a la cámara para plasmar cuatro bodegones. La estudiante Mònica Ferré optó por escoger la temática de flores teniendo como referencia e inspiración a las fotógrafas Viera Bavecova y Debbie O’Donell.
Según explica Ferré, compositivamente trabajó teniendo en cuenta la ley de los tres tercios y procuró simplificar al máximo. Además, trató de separar visualmente la figura central (la flor) del fondo, el cual intentó que fuese lo más uniforme posible.
El punto de vista o ángulo de la cámara varía según la fotografía. Mònica trabajó con un punto de vista frontal, en ocasiones a una altura un poco más baja del que sería normal, y en otros con puntos de vista mucho más alto (por encima del objeto).
Para el control de la luz, la alumna configuró la cámara con el programa M manual. Fue ella misma quien estableció la apertura del diafragma, la velocidad de obturación y el nivel de sensibilidad de la ISO.
Además, para guiarse en la configuración de la cámara utilizó el histograma de esta ya que indica la sobreexposición o subexposición de la imagen según la configuración manual de los parámetros.
Todo el trabajo de Mònica fue realizado con una cámara Nikon D5500, objetivo AF-S Nikkor 18-55mm y utilizó la opción de autofoco (AF).